Directiva 2011/83 de la Unión Europea para el derecho de desistimiento en las compras

¿En qué consiste el derecho de desestimiento?

El derecho de desistimiento en las compras es una garantía que tienen los consumidores y usuarios en la Unión Europea para poder devolver un producto o cancelar un servicio adquirido a distancia, sin tener que dar explicaciones y sin penalizaciones.

Este derecho está regulado por la Directiva 2011/83 de la Unión Europea, que establece que los consumidores y usuarios tienen un plazo de 14 días naturales para ejercer el derecho de desistimiento, contados a partir del día en que se recibe el producto o se celebra el contrato de prestación del servicio.

Es importante destacar que este derecho solo es aplicable en compras realizadas a distancia, es decir, por internet, correo postal o teléfono. Si se trata de una compra realizada en una tienda física, no existe el derecho de desistimiento, aunque el comercio puede establecer una política de devolución voluntaria.

Entre las excepciones al derecho de desistimiento, se encuentran los productos que han sido personalizados o confeccionados a medida del consumidor, los productos que por su naturaleza no puedan ser devueltos, como los productos perecederos, y los servicios que hayan sido completamente prestados antes del fin del plazo de desistimiento.

¿Cómo ejercer el derecho de desestimiento?

Para poder ejercer el derecho de desistimiento, el consumidor debe comunicar su decisión de manera clara e inequívoca al vendedor antes de que venza el plazo establecido. Esta comunicación puede realizarse por cualquier medio, aunque se recomienda hacerlo por escrito para poder acreditar el envío y recepción.

Una vez comunicada la decisión de desistimiento, el vendedor está obligado a reembolsar al consumidor todos los pagos realizados, incluidos los gastos de envío, en un plazo máximo de 14 días naturales a partir de la recepción de la comunicación de desistimiento. No obstante, el vendedor puede retrasar el reembolso hasta que haya recibido los productos devueltos o hasta que el consumidor haya presentado una prueba de devolución, lo que ocurra primero.

Es importante tener en cuenta que el consumidor es responsable de los gastos de devolución del producto, salvo que el vendedor haya aceptado asumirlos o no haya informado al consumidor de su obligación de asumirlos en el momento de la compra.

Además, el consumidor debe devolver el producto en perfectas condiciones, con todos sus accesorios y en su embalaje original, salvo que el deterioro del producto se deba a una manipulación necesaria para comprobar su naturaleza, características o funcionamiento.

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